English
El Merengue Típico dominicano se ha vestido de luto con la partida de Rafaelito Román la noche de este viernes 6 de diciembre a los 71 años.
Román nació en la provincia de Puerto Plata el 15 de noviembre de 1953, hijo de Monguito Román, uno de los acordeonistas más reconocidos de la provincia de los 1940 y 50. Rafaelito empezó a tocar los instrumentos de su papá muy niño pero sin permiso, y el el 1968 formó su primer trío con dos muchachos de su barrio.
Rafaelito recuerda que cuando se profesionalizó en los 1970 la situación para el merengue típico era muy distinta a la de hoy. Su primer grupo solo se consistía en acordeón, güira, tambora, y marimba, aunque para las grabaciones contrataban a un bajista.
El estilo de tocar también ha cambiado mucho, pero Rafaelito defendía el repertorio tradicional para los verdaderos seguidores del merengue típico. “Tengo un gran público debido a que me he mantenido con un estilo tradicional”, dijo en una ocasión.
“Nuestra lucha, y me incluyo en esto, es que el ritmo que otros están pidiendo como merengue no merece ser llamado merengue en algunos casos", agregó en una entrevista para la investigadora Sydney Hutchinson.
De acuerdo a los datos, Rafaelito Román era uno de los pocos músicos que dominaban todos los instrumentos con que se ejecuta este ritmo, por eso se le conocía como "el más completo". Sólo tenía 15 cuando inició su carrera musical.
Te puede interesar: Restos del merenguero típico Rafaelito Román serán velados en la funeraria Blandino de Santiago
Desde que comenzó su carrera hace más de 30 años, Rafaelito ha grabado 8 producciones y numerosos sencillos, enseñado a varias docenas de alumnos, y se ha presentado por todas partes de la República Dominicana y en los Estados Unidos.
Ha producido una dinastía de músicos típicos: entre sus hijos, Javier toca güira en New York mientras que Raúl y Nixon, quienes todavía viven en Santiago, son multi-instrumentistas iguales que su papá, tocando respectivamente con La Selección Típica y un grupo que lleva su propio nombre.
