Adams fue elegido alcalde en 2021, convirtiéndose en el segundo alcalde negro de la ciudad de Nueva York después de David Dinkins.
En una ciudad donde el vértigo político nunca se detiene, la historia de Eric Adams, el actual alcalde de Nueva York, se erige como una de las más insólitas y emblemáticas del siglo XXI.
Nacido en el seno de una familia obrera, es un ex policía, activista, político y ahora figura central en un nuevo capítulo de la turbulencia institucional. Adams ha recorrido una trayectoria tan compleja como la ciudad que hoy gobierna.
Inicios:
Eric Leroy Adams nació el 1 de septiembre de 1960 en Brooklyn, y creció en los barrios humildes de Brownsville y South Jamaica, en Queens. Fue uno de seis hijos criados por una madre soltera que limpiaba casas para sostener a la familia. Su entorno, marcado por la pobreza y la discriminación, no impidió que Adams desarrollara una férrea voluntad de superación.
A los 15 años, fue brutalmente golpeado por policías tras ser arrestado injustamente. Lejos de convertirse en víctima pasiva del sistema, ese episodio se convirtió en el motor de su vocación pública. “Quise entrar a la policía para cambiarla desde dentro”, ha dicho en reiteradas ocasiones.
Obtuvo su título universitario en Justicia Criminal en John Jay College y un máster en Administración Pública en Marist College.
Policía, activista y político
Durante 22 años, Adams sirvió en el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), donde alcanzó el rango de capitán. Fue también cofundador de 100 Blacks in Law Enforcement Who Care, una organización que denunciaba los abusos policiales y el perfil racial.
Su activismo desde dentro del sistema lo proyectó como una voz crítica con autoridad. En 2006, tras retirarse del NYPD, Adams incursionó formalmente en la política y fue elegido senador estatal por Brooklyn en 2007. Allí se destacó por legislar en favor de los derechos de los inquilinos, las libertades civiles y el control de armas.
En 2013, se convirtió en el primer afroamericano en presidir el distrito de Brooklyn, cargo que ocupó durante dos períodos. Desde allí construyó su imagen de gestor comprometido con la seguridad, la salud pública y la innovación social.
En 2021, Adams ganó la primaria demócrata y posteriormente las elecciones generales para convertirse en el segundo alcalde afroamericano en la historia de Nueva York. Su discurso se centró en recuperar la seguridad en las calles, revitalizar la economía post-pandemia y reducir la desigualdad estructural de la ciudad.
Durante sus primeros meses, fortaleció el patrullaje policial en el metro y promovió una línea de “tolerancia cero” frente al crimen callejero. No obstante, su enfoque de mano dura generó divisiones, especialmente entre sectores progresistas.
Adams también se volvió una figura frecuente en los medios, entre polémicas por su estilo directo, sus vínculos con sectores empresariales y su capacidad para equilibrar discurso populista con alianzas de élite.
En septiembre de 2024, su administración fue sacudida por un escándalo sin precedentes: Adams fue imputado formalmente por cargos federales que incluían soborno, fraude electrónico y aceptación de donaciones ilegales provenientes del gobierno turco. Según las autoridades, habría recibido favores financieros a cambio de influir en licitaciones y permisos municipales.
A pesar del ruido político y mediático, en abril de 2025 un juez federal desestimó los cargos, luego de que el Departamento de Justicia considerara que no había pruebas suficientes para sostener el caso.
Sin embargo, el golpe político ya había tenido consecuencias. Varios asesores renunciaron, la confianza pública disminuyó, y Adams decidió dar un giro inesperado: el 3 de abril, anunció que no se presentaría a la reelección bajo el Partido Demócrata. En su lugar, buscará un segundo mandato como candidato independiente, un movimiento inusual que no se veía en la ciudad desde 1969.
El futuro de un político imparable
A sus 65 años, Eric Adams se presenta como un símbolo de resiliencia urbana. Con una biografía que desafía los estereotipos, afroamericano, vegano, espiritual, obsesionado con la salud y la eficiencia, es un político que despierta pasiones y rechazos a partes iguales.
En los próximos meses enfrentará una elección decisiva. El alcalde que prometió poner “la ciudad de vuelta en marcha” tras la pandemia deberá ahora convencer al electorado sin el respaldo de su propio partido. De su capacidad para reconstruir confianza, forjar alianzas y reconectar con la ciudadanía dependerá no solo su futuro político, sino también el rumbo de una de las ciudades más influyentes del mundo.
“Cuando cuelgue los guantes. La gente dirá: escucha, era un auténtico hermano calvo con pendientes que hizo lo que debía como alcalde de la ciudad de Nueva York”, es una de las frases icónicas de Adams.