English
Barcelona.- El Barcelona superó este martes los octavos de final de la Liga de Campeones tras eliminar al Nápoles (3-1) en el Estadio Olímpico Lluís Companys, y confirmó de este modo su clasificación para los cuartos de final, ronda que no llegaba desde 2020.
El conjunto azulgrana no figuraba entre los ocho mejores equipos del continente desde el curso 2019-2020, cuando tras derrotar al Nápoles en octavos (1-1 y 3-1) fue goleado en cuartos por el Bayern Múnich (2-8) en una eliminatoria disputada a partido único y sin público, debido al coronavirus, en el Estadio da Luz de Lisboa.
Ese descalabro europeo precipitó la destitución del entrenador Quique Setién y la llegada de Ronald Koeman, un relevo que no mejoró las prestaciones en la Liga de Campeones del Barcelona, derrotado en los octavos de final por el PSG (1-4 y 1-1) en la campaña 2020-2021.
El Barça sufrió la eliminación más prematura desde la temporada 2006-2007, en octavos frente al Liverpool (1-2 y 1-0), y puso fin a trece cursos ininterrumpidos entre los ocho mejores equipos de Europa, en los que se proclamó campeón en tres ocasiones, cayó cinco veces en semifinales y otras cinco en cuartos de final.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar. En la campaña 2021-2022, ya sin Leo Messi en la plantilla y con el fichaje de Xavi Hernández como entrenador para relevar en noviembre a Koeman, el Barça quedó eliminado en la fase de grupos por primera vez desde la temporada 2000-2001. Condenado a disputar la Liga Europa, cayó en los cuartos de final contra el Eintracht (1-1 y 2-3).
Puedes leer: 5-0. El Barcelona gana su séptima Liga con una ‘manita’ al Real Madrid
La historia se repitió la temporada pasada. El Barcelona acabó la fase de grupos de la Liga de Campeones en tercer lugar y fue eliminado por el Manchester United en la ronda intermedia de la segunda competición continental (2-2 y 1-2).
Con su regreso a los cuartos de final de la 'Champions' tras cuatro años de espera, el Barcelona confía en haber cerrado el peor capítulo europeo del presente siglo y, de la mano de jóvenes talentos como Lamine Yamal y Pau Cubarsí, asentarse de nuevo en la élite continental.
