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Estados Unidos.- El béisbol de Grandes Ligas fue sacudido este domingo con una de las movidas más inesperadas en años: Rafael Devers ha sido cambiado de los Medias Rojas a los Gigantes de San Francisco.
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Un traspaso que tomó a todos por sorpresa y que, a simple vista, parece salido de otra liga, quizás más parecido al drama de la NBA que al metódico mundo de MLB. Pero detrás del asombro inicial, hay lógica, estrategia y riesgos profundos para ambas partes.
A continuación, desglosamos cinco puntos clave que deja este traspaso:
1. Los Gigantes finalmente encuentran a su jugador franquicia
Durante años, San Francisco ha buscado sin éxito una superestrella que sirva como eje de su equipo. Intentaron fichar a Aaron Judge, Shohei Ohtani e incluso a Carlos Correa. Pero ninguno llegó (o se quedó). Ahora, Rafael Devers, en plena forma y con 28 años, llega con credenciales de élite: lidera la Liga Americana en boletos, ostenta un OBP de .401 y un OPS+ de 149. Es el bateador dominante que tanto anhelaban, y el rostro alrededor del cual pueden construir a futuro.
2. Devers apunta al puesto de bateador designado
Con Matt Chapman asegurado en tercera base por años y la primera base aún sin dueño claro, todo indica que Devers será BD a largo plazo. Esto implica un compromiso financiero considerable: más de 31 millones de dólares anuales hasta 2033. Por ahora, su rendimiento justifica la inversión pero el tiempo dirá si en los últimos años de contrato aún tendrá impacto como designado.
3. Boston no puede permitirse otro “caso Mookie”
La comparación es inevitable. Cambiar a un talento como Devers trae a la memoria el traspaso de Mookie Betts, que aún causa debate en Boston. Aunque los contextos son distintos y hay otras personas al mando, la imagen de la organización se ve afectada. ¿Qué mensaje envían a sus futuras estrellas, como Roman Anthony o Marcelo Mayer? ¿Confiarán en que serán parte del largo plazo si ni siquiera Devers lo fue?
4. Aumenta la presión sobre Alex Cora
Más allá de sus funciones técnicas, un mánager moderno debe ser un líder de grupo, capaz de mantener la armonía interna. Cora ahora carga con la tarea de dirigir un equipo sin su mejor bateador y tras un proceso interno que generó tensiones. La salida de Devers, en parte por diferencias sobre su rol en el campo, deja al dirigente en el centro del foco. Tendrá que demostrar liderazgo más que nunca.
5. El gran golpe antes de la Fecha Límite
¿Veremos otro cambio más grande este año? Difícil imaginarlo. Aunque figuras como Sandy Alcántara aún suenan como posibles protagonistas de julio, este traspaso ya marca un antes y un después en la temporada. San Francisco apostó fuerte. Boston reconfigura su núcleo. Y el mercado de cambios no será el mismo tras este movimiento.
