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INDIANÁPOLIS — El sueño del campeonato se definirá en un solo partido. El Thunder de Oklahoma City y los Pacers de Indiana han llevado las Finales de la NBA al máximo límite: un séptimo y decisivo encuentro que se jugará este domingo, con todo en juego y la gloria esperando por uno solo.
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Los Pacers, con una actuación memorable en el Juego 6 frente a su público en el Gainbridge Fieldhouse, respondieron a la adversidad con carácter y entrega. Con ocho jugadores promediando doble dígito en anotaciones a lo largo de la serie, Indiana ha construido su éxito sobre la base del esfuerzo colectivo, el compromiso defensivo y una convicción que ha sorprendido a propios y extraños.
“Siempre dicen que lo más difícil es cerrar una serie. Y anoche, sólo un equipo jugó con esa urgencia”, reflexionó el analista Sebastián Martínez Christensen en ESPN. “Los Pacers lo dejaron todo, y ahora están a un solo paso de hacer historia”.
Del otro lado, el Thunder —con el MVP Shai Gilgeous-Alexander en sus filas y la defensa más efectiva de la liga— parte como favorito, más aún jugando en casa, donde tienen marca de 10-2 en estos playoffs. Sin embargo, el tropiezo en el Juego 6 encendió las alarmas: fue su peor presentación de toda la serie, y la presión ahora es máxima.
Indiana, en cambio, llega inspirado. Jugadores como Tyrese Haliburton, quien sigue compitiendo pese a una lesión, T.J. McConnell, Aaron Nesmith y Andrew Nembhard han encarnado el espíritu combativo de un equipo que se ha ganado el respeto a base de entrega y disciplina.
Para los Pacers, el domingo representa la oportunidad de conseguir el primer campeonato de su historia. Para el Thunder, la posibilidad de consolidar un proyecto joven y brillante con un trofeo largamente ansiado.
